Voy a ser rico

Ahora si, ahora ya estoy seguro de que algún día me puede tocar la lotería. Ya se lo que estáis pensando, este tío se ha vuelto loco. Pues no, lo único es que por fin he visto la luz y ahora se a ciencia cierta, que las cosas que parecen imposibles no lo son. Os lo explicaré, aunque algunos de vosotros seguiréis sin creerme, yo simplemente os pido que tengáis fe...

Me he pasado los últimos 5 días encerrado estudiando para mis exámenes. Para ser exacto, me he centrado en una asignatura que durante el semestre la he llevado más que bien. El examen consta de cuatro preguntas, una por cada uno de los cuatro grandes bloques de los que se compone la asignatura.

Para preparar el examen me centro en tres de los cuatro, el cuarto lo descarto por falta de tiempo y por ser el único que me ha dado problemas durante el año. Así que me quedan tres cuestiones a resolver. Más que suficiente, incluso puedo permitirme el lujo de fallar en otro bloque en la prueba.

Pero hay un pequeño resquicio de incertidumbre, del resto del temario domino el 95% , tengo pequeñitas lagunas en alguna cosa, pero nada importante, los grandes conceptos los domino, he realizado exámenes de semestres anteriores y lo hubiera aprobado en todos los casos. Es prácticamente imposible que suspenda, seria un auténtico caso de mala suerte.

Llega la hora de la verdad, me siento, recibo el examen, lo reviso, lo vuelvo a revisar, me cae una gota de sudor frío, espero la media hora de rigor, entrego mi examen y me voy.

Pues lo que parecía imposible ha ocurrido, resulta que la única pregunta que podía contestar entera sólo valía un 10% de la nota final, las dos restantes (no cuento la del bloque que no había estudiado) entran dentro de 5% maldito del temario que desconozco o sobre el que no he profundizado.

Me siento idiota, algo hundido, es como si alguien me hubiera estado espiado y hubiera hecho un examen a medida para verme fracasar, es algo que todavía no he acabado de asumir. He suspendido una asignatura que hubiera podido aprobar con muy buena nota.

Así que si aplico este suceso a mi vida cotidiana, estoy seguro de que me va a tocar la lotería. Es algo que a priori parece imposible, las probabilidades son muy pocas, pero a mi me toca seguro.