Y tú de que te quejas?

Cuando te dicen que vas a trabajar en un “parque tecnológico” te imaginas algo muy moderno y sofisticado, con muchos servicios y ventajas. Nada más lejos de la realidad.

Para empezar se ha de llegar en coche, el único transporte público que llega hasta aquí es un autobús urbano que pasa cuando le da la gana. La estación de tren queda a más de 20 minutos andando, no hay metro.... Además no es que esté precisamente bien comunicado por carretera.

A la hora de desayunar o comer no tienes donde elegir, existe un único “garito” donde ir a pie. Caro para desayunar, malo para comer, las demás opciones están a 5 minutos en coche.

El aparcamiento, público, sin vigilancia, de tierra si quieres sombra, en plena calle si llegas pronto y quieres asarte al coger después el coche. Personalmente, no suelo lavar el coche el fin de semana, ya que es una perdida de tiempo.

Las instalaciones de risa, problemas de comunicación, de suministro eléctrico, no me extraña que la mayor parte de las oficinas estén vacías.

Pero lo peor de todo son los lavabos, compartidos, no solo por tus compañeros si no además por otras empresas si compartes edificio. Un único y cutre lavabo con los inconvenientes de colas, higiene y olores que eso conlleva.