La imagen de las vacaciones

Recapitulando lo que han sido esta periodo vacacional, no me quedo ni con las puestas de sol, ni las cumbres interminables, ni las vistas al borde de un acantilado. Me quedo con una imagen de “ternura”...

Y es que el amor no tiene edad y el sexo tampoco. Y menos después de pillar a un par de heptagenarios en plena calle a la luz del día dándose el filetazo como dos pre-púberes. Pero eso no es todo, el movimiento pélvico de la mujer no era indicativo de una artritis galopante, era debido a la mano juguetona del cómplice amante que se estaba deslizando sigilosamente dentro de su pantalón.