La vida es de color naranja

Reflexiones a la luz del monitor

miércoles, septiembre 01, 2004

Prometo....

Como bien dice mi amiga malintencionada, todos al acabar el verano (o después de navidades) nos prometemos a nosotros mismos cosas que muy posiblemente no cumpliremos en los próximos meses.

Este año, a parte del típico “he de adelgazar, me apunto al gimnasio” me he propuesto algo un poco más original. Algo que sin duda me encantaría llevar a cabo, aprender. Verdaderamente, dicho así suena un poco idiota. Pero en realidad es algo que ya llevo tiempo pensándolo y creo que es el momento oportuno.

En realidad son dos cosas en una, por una parte deseo conocer cosas de la ciudad en la que vivo. Deseo conocer mejor el lugar en el que me muevo habitualmente, no solo a nivel cosmopolita actual y urbano, sino también a nivel histórico.

La otra inquietud que tengo es algo espiritual. No, no me he vuelto loco, no me he apuntado a una secta, ni acudo los domingos a misa. Lo cierto es que tiene relación con algún problema físico-psicológico que he detectado últimamente. Falta de concentración.

Desde hace unos meses he detectado que me cuesta mucho hacer según que cosas. Tengo la mente muy dispersa y centrarme en algo me cuesta horrores. Pensé que con las vacaciones se me pasaría, pero sigo igual.

Pues bien, he decidido aprender y leer un poco sobre Zen. No, tampoco me voy a hacer budista, pero tengo entendido que lo practican personas que necesitan un alto grado de concentración y autocontrol. De momento no me veo meditando y esas cosas, pero quien sabe si después de haber leído sobre ello...