La vida es de color naranja

Reflexiones a la luz del monitor

jueves, septiembre 02, 2004

Que tiempos aquellos

Han pasado cuatro días desde la vuelta al trabajo y veo las vacaciones como algo ya muy lejano. Asturias es un lugar precioso, para relajarse, perderse por sus inagotables parajes y comer bien. Desgraciadamente el recuerdo que me llevo está muy por debajo de las expectativas y es que por unos motivos u otros, está de moda.

Cuando te proponen hacer senderismo por los Picos de Europa, por muy fácil que sea la ruta te esperas algo solitario, cruzarte con el mínimo de gente, tener tiempo para pensar y disfrutar del silencio. Pero nada más lejos de la realidad, nada de tranquilidad y mucha gente. Si no hubiera sido por las vistas y paisajes hubiera jurado estar en cualquier calle de cualquier ciudad.

Pero lo que más me sorprendió y me hizo ver la realidad fue que a mitad de camino, en un recoveco del sendero, algún iluminado tenia montado un chiringuito de latas de bebida. Solo necesitó una barra improvisada, una sombrilla y las cajas de bebidas que mantenía frescas con el agua del canal que pasa por el lado. Los proveedores un caballo, un burro y el dueño de estos que se encargaban de subir las latas desde el pueblo más cercano.